20 febrero 2020

La mujer como sierva de Dios



En el devenir de la historia del cristianismo, la mujer siempre ha acompañado silenciosamente en el trabajo ministerial de la Iglesia de Jesucristo, como esposa de pastor, en los ministerios locales según su llamado, ejerciendo liderazgos distritales, nacionales y hasta internacionales. La cobertura del Espíritu Santo en el ministerio que la mujer puede ejercer, siempre ha estado presente.
 
Cuando Dios decidió hacer “ayuda idónea” para el hombre (Gn.2.18-24) afirmó la importancia de la complementariedad y fortaleza para ambos, en la bendición divina del matrimonio.  Si bien la caída en el pecado produjo ciertos cambios, en Jesucristo, la imagen y semejanza de Dios presente en el hombre y la mujer, fue restaurada. 
1. Importancia del liderazgo de la mujer:  Indiscutiblemente, la mujer juega un rol de vital importancia en el liderazgo independientemente del ministerio en el que está involucrada, especialmente cuando ha entendido los siguientes aspectos.
a)  El propósito es glorificar a Dios:  El ministerio que desempeñe la mujer en la vida de la iglesia local, tiene el santo propósito de glorificar a Dios en todo tiempo y lugar (Colosenses 3.23)
El liderazgo que ejerza una mujer dentro de la iglesia local, distrital o nacional, es por la gracia de Dios y canalizado por las autoridades eclesiásticas, en base a los dones espirituales y la disposición del cumplimiento de la misión de la Iglesia de Jesucristo (Mateo 28.19-20).
b)   Sierva de Dios:  Si el propósito al ejercer un liderazgo es el de glorificar a Dios, eso implica que somos sus siervas, y como tales, el ejercicio de nuestro liderazgo en todo ministerio, debe desempeñarse como que somos las “servidoras de todos” (Marcos 9.35) enfocadas en agradar a nuestro Señor Jesucristo. 
¿En el trabajo que realiza en su familia o en la iglesia local, usted se ha propuesto glorificar a Dios, o a su jefe, o a su esposo, o a sus hijos? .
2. El alcance del valor que tiene la mujer:  La mujer tiene la particularidad de ser multifacética desde su creación, justamente para ser la “ayuda idónea” del esposo.  En la vida ministerial, la mujer desempeña un rol de apoyo y complementación también, y bajo la dirección del Espíritu Santo habrán excepciones de un liderazgo no solo femenil.
a) La salvación espiritual es personal:  En Juan 3.16 encontramos que la salvación espiritual es para “todo aquel que en él cree”, no existe una diferenciación entre el hombre y la mujer.  
b)       El llamado al ministerio viene de Dios:  La mujer recibe de parte de Dios un llamado específico para servirle en la vida ministerial.  La mujer aparte de la misión general que recibe en el don maternal, ministerialmente recibe un llamado sobrenatural, el mismo que debe identificarlo y ponerlo a la práctica.
¿Cuál es su llamado ministerial como hija de Dios? ¿Está consciente de ese llamado espiritual?  ¿Cómo está cumpliendo ese llamado ministerial?
c)       El valor de la mujer delante de Dios es el mismo del varón, lo que varían son nuestros roles para la complementación al cumplir la misión.  La mujer sabia  sujeta a Dios, entiende lo que la cultura y aun la iglesia cristiana le pueden hacer creer, que ella vale menos que el varón delante de Dios.
3.      Determinación para alcanzar sus metas:  Muchas personas tienden a responsabilizar a otros por no haber alcanzado sus metas, es cierto que hay ciertas limitaciones, pero cuando conocemos a Jesucristo como nuestro salvador y sostenemos intimidad con El, el Espíritu Santo puede guiarnos a tomar determinaciones acordes a su divina voluntad.
a)       Naturalmente multifacéticas:  La mujer es tan bendecida desde antes y durante su creación, porque Dios la dotó de una gran capacidad “multitareas”, porque a la misma vez puede desempeñar diez o más tareas.
Pero no solo es para tener y criar hijos o desarrollar las labores domésticas en el hogar o en cualquier tipo de trabajo, también es para servir al Señor Jesucristo en la vida ministerial de la iglesia local,
b)       Espiritualmente guiadas y fortalecidas:  Hay que tener claridad en la vida cristiana en relación a la perseverancia.  Una mujer sujeta a aceptar la voluntad de Dios, es una mujer que se sujeta a su esposo y también al liderazgo de la iglesia local y a cualquier tipo de autoridad establecida por Dios. 
Como consecuencia de su sujeción, Dios bendice a la mujer con sabiduría y perseverancia, `para cumplir sus roles como esposa, madre y sierva de El, pero también para determinar las metas y los objetivos  para alcanzarlas.  
¿Podría recordar una o dos de sus metas que aún no alcanzado?    
Por favor mencione dos metas personales que ya alcanzó.  Felicidades por estos grandes logros y los esfuerzos para alcanzar las que aun faltan.

CONCLUSIÓN

a)  A partir de hoy todo lo que usted haga dentro y fuera del hogar debe ser para agradar a Dios y no a sus intereses particulares o de otras personas.
b) Al haber identificado el don que el Espíritu Santo le ha dado, lo menos que puede hacer es ponerlo al servicio del Señor Jesucristo.
c) Recuerde, trabaje bajo la dirección del Espíritu Santo, determine trabajar cada día hasta alcanzar sus metas.
d) No olvide que en la eternidad no existen lugares especiales para hombres ni para mujeres.


Escrito por la Pastora Juana Quiroga Mendoza

1 comentario:

  1. Dios siga bendiciendo el ministerio que realizan las mujeres, siervas del Dios vivo....

    ResponderBorrar

¡Entrada nueva!

Documentos e Informes del Ministerio Femenil Siervas del Señor de la I.E.M. gestiones anteriores

Saludo a todas las personas que visiten este post con mucho afecto en especial a todas aquellas hermanas que trabajan en Pro del engrandecim...